La estantería del olvido: Emma

RESEÑA

Emma Woodhouse, hija mimada de un ultraprotector e hipocondíaco padre, es rica, hermosa e increiblemente inteligente.
Esto debería ser motivo para que Emma fuera presuntuosa y tuviera la seguridad de tener muchos pretendientes, pero al parecer Emma no solo desea quedarse para siempre al lado de su padre, sino que también piensa que podría encontrar parejas y hacer que se enamoren.

De esta forma, Emma hace y deshace a su antojo, y aquella "aficción" de casamentera que debería proporcionar su propia felicidad acaba siendo su mayor perdición y también la de su fiel amiga, Harriet Smith, cuando al fin se da cuenta de que ha destrozado sus planes de futuro.
Entoces, Emma, que creía haber hecho siempre lo que era necesario hacer por los demás, comprende que todo lo que hacía era una gran mentira que ella misma había creado, y que el amor verdadero que había creido encontrar para ella y para su amiga había estado siempre ante sus ojos.

OPINIÓN PERSONAL

Tal y como la propia autora dice al prólogo de la novela, <<Voy a crear a una heroína que a nadie más que a mí le gustará demasiado>>, Emma es una protagonista un tanto antagónica.

Como se nos plantea su personaje desde fuera parece una joven perfecta que lo tiene todo: Belleza, inteligencia, amabilidad, delicadeza...
Pero cuanto más vamos descubriendo sobre Emma, nos vamos dando cuenta de que su mente quizás sea más compleja de lo que podría parecer en un principio.

Ella cree que todo lo que hace es para ayudar a los demás, y en realidad solo se ayuda a sí misma, creando su propio mundo perfecto de conveniencias y segregación por clases.
Emma piensa que cuando se dedica a buscar a la pareja perfecta para la señorita Smith, cuando la obliga a rechazar la proposición del señor Martins o cuando la obliga a enamorarse del señor Elton y del señor Churchill, así como cuando impide que el señor Knightley se interese por ella solo por la diferencia social, Emma cree que es por el bien de todos, pero nunca había valorado la posibilidad de que hubiera estado imposibilitando la felicidad de su amiga.

Por el medio tenemos otras historias, ya secundarias, como la de Jane Fairfax y de la señora y señorita Bates (que no explicaré aquí para no destripárosla), que no deja de ser una crítica, a modo de historia de amor, pero crítica, de la compleja situación de la mujer en la época.

En resumen, Emma es una novela imprescindible, romántica y con un toque de comedia perfecto; y para aquellos que son amantes de los clásicos y de la novela romántica de época, sería imperdonable que no la añadieran pronto a su lista de lecturas.
¿Qué podría deciros?
La verdad, aunque la propia Jane Austen advierta de que el personaje que ha creado no gustará a muchos lectores, puedo deciros con seguridad que a mí me ha encantado.
Sin duda es uno de los mejores con los que me he encontrado, y la verdad, no he necesitado sentirme identificada con ella para comprenderla en ningún momento, porque respeto sus razonamientos, pero en absoluto los comparto. Emma es un personaje magnífico, como pocos. Y dejando de lado sus manías y peculiaridades, me perece simplemente única.