sábado, 2 de julio de 2011

Nuevo relato para el concurso - El poder oculto, la UCM-F y Amandine

 Título: El poder oculto, la UCM-F y Amandine.
Autora: Marina.

Mis padres trabajaban en una relojería, tenía buenas notas, mi casa era pequeña y de mascota tenía un pez. Todo era normal hasta que vino un joven en nuestra tienda. Preguntaba por mí.
-¿Está la señorita Amandine Straew?
La relojería tenía una trastienda con una mesa y unos libros. Aquel día decidí quedarme en la trastienda cuando volví del instituto, porque estaría tranquila-mis compañeros me molestan por el ordenador- y nadie haría ruido. Sentí mi nombre y antes de que dijesen nada  salí disparada por la puerta que había. Era un joven alto, rubio, de ojos castaños.
-Amandine Straew soy yo-dije.
Estaba segura de que mis padres me estarían mirando fijamente, pero yo no podía apartar la vista del joven.
-Di adiós, pequeña-dejó ver una sonrisa perfecta, con unos blancos dientes.
No pude decir nada porque un gas inundó la relojería y una fuerte mano me cogió. Vi a mis padres huir a la trastienda con un teléfono en la mano preparado para llamar a la policía. Estaban gritando mi nombre, pero la mano fuerte me había arrastrado al exterior.

Me encontraba en una silenciosa habitación. Estaba rodeada de unos hombres con uniforme gris, gafas verdes y zapatos rosas.
-¿Pero cómo podéis combinar las prendas así?-dije con sarcasmo.
-Somos la Unidad de Control Mágico-Familiar-una máquina me estaba hablando.
Los hombres del uniforme horrible dejaron un pasillo para que el joven rubio me pudiese ver.
-El gas no te ha afectado. Perfecto, eres fuerte.
Y otra vez dejó ver aquella perfecta sonrisa. Se acercó un poco y me miró.
-¿Qué queréis de mí?-susurré, intimidada por aquellos ojos castaños que relucían misteriosamente.
-Deberías preguntar qué quieren tus supuestos padres de ti.
Los hombres del uniforme se marcharon de la sala-gris, por supuesto, con marcos de fotos sin fotos rosa y mesas verdes- y pude ver si tenía ventanas o no. Las ventanas me permitirían escapar sin que nadie me viera.
-No, pequeña, no te puedes escapar-dijo él.
-¡No me llames pequeña!-y entonces reflexioné sobre lo que había dicho él-¿Lees las mentes?
-Yo no, pero esta pantalla sí.
Había una pantalla sin cables, de color gris-aquella sala era el reino del gris-que mostraba imágenes que pensaba yo. El joven ya sabía que pensaba que era perfecto.
-Me llamo Nick. Nick Drake.
Ese nombre…era diabólico. Había escuchado decir a mis padres que un tal Nick Drake secuestraba a personas un poco especiales. Pero no podía ser que aquel joven tan perfecto fuese el verdadero Nick Drake.
-Soy el verdadero Nick Drake.
-¡Apaga esa máquina!
-Pues no podremos frustrar tus planes.
-Mejor.
-Te pondrías en peligro.
Y yo le miré, sin miedo, y él desvió los ojos para mirar a la pantalla. Su mano-perfecta-pasó por delante de la pantalla, y la máquina se apagó. Me hacía caso.
-Quiero que me expliques qué pasa aquí.
-Tus padres no son tus padres. Tú no eres normal. Eres una fibew, como yo.
“No puede ser” pensé. No sabía qué era un fibew, pero me sonó familiar, y un escalofrió recorrió mi espalda cuando escuché esa palabra.
-Un fibew es una persona mágica con gran capacidad para la magia. Nada más. Y con algo oculto en su corazón que saldrá antes o después.
Pues yo no tenía nada oculto en mi corazón. Porque yo era normal.
-¿Quiénes son mis verdaderos padres?
-Nadie-respondió Nick con rostro impasible.
-¿Cómo?
-Naciste de la magia.
Reflexioné un poco sobre lo que me acababa de decir, y tampoco era nada increíble. Porque mis padres no sonreían nunca cuando veían fotos de cuando era pequeña, y no celebrábamos mi cumpleaños. Mis compañeros de clase se alejaban de mí porque decían que cuando me acercaba les invadía una ola de miedo. Y mis maestros nunca hablaban conmigo.
-¿Por qué mis supuestos padres me acogieron?
-Ellos formaron parte de la UCM-F.
-No lo entiendo.
-Que no eres normal y punto.
Y callé, y un montón de imágenes vinieron a mi mente. Como una película, pero yo dentro. Mis supuestos padres estaban con los uniformes grises, discutiendo con otras personas mi destino. Querían que mi poder oculto saliese al exterior para ser más poderosos, pero mis padres decían que no, que yo podía morir. Y ellos me acogieron consigo y se fueron de la UCM-F.
-¿Te pasó lo mismo?-pregunté.
-Tengo un año más que tú. Entonces, tus padres adoptivos se acababan de unir a la UCM-F y no se opusieron. No consiguieron sacar mi poder oculto y aún siguen intentándolo.
-¿Y por qué no te escapas?
-Porque prefiero tener mucho poder y una vida con la UCM-F a huir constantemente de la UCF-M.
Sonreí, por lo equivocado que estaba Nick Drake con sus ideas ambiciosas. Y también sonreí porque supe que con él a mi lado me sentía segura y no me harían daño.
-Pero yo quiero escaparme.
-Te lo impediré. Ahora estoy con la UCM-F y debo controlar a cualquiera como nosotros.
Me resigné a todo. Supe que me habían encontrado y que no podría hacer nada. Aun así, ahora soy feliz, porque Nick y yo somos dos enamorados con ideas muy distintas. Estoy segura de que algún día Nick también se resignará, se resignará a quedarse aquí sin mí, porque yo me escaparé.

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