Había una vez un niño que se había enamorado. Ese niño tenía una enamorada, pero ella no lo sabía.
Entonces, un día, se atrevió a decirle lo que la quería a su amada, Rosa, pero ella se rió y él se quedó triste mirando el cielo sentado en un banco.
Pero unos días después se volvió a presentar, decidido, a su lado.
Y le declaró su amor a la Rosa. Y ella volvió a reírse, entonces el niño se puso muy triste, más que nunca. Y Rosa lo miraba con desdén cada vez que pasaba a su lado.
Entonces el niño, Adolfo, decidió hacer lo que más habría temido cualquiera de su edad. Se mató, osea, se suicidó.
Y esta es la historia del niño que quiso a Rosa, una niña. Pero ella a él no.
Nunca os dejéis enamorar, y menos de pequeños.
Kike Martín.
Entonces, un día, se atrevió a decirle lo que la quería a su amada, Rosa, pero ella se rió y él se quedó triste mirando el cielo sentado en un banco.
Pero unos días después se volvió a presentar, decidido, a su lado.
Y le declaró su amor a la Rosa. Y ella volvió a reírse, entonces el niño se puso muy triste, más que nunca. Y Rosa lo miraba con desdén cada vez que pasaba a su lado.
Entonces el niño, Adolfo, decidió hacer lo que más habría temido cualquiera de su edad. Se mató, osea, se suicidó.
Y esta es la historia del niño que quiso a Rosa, una niña. Pero ella a él no.
Nunca os dejéis enamorar, y menos de pequeños.
Kike Martín.
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